Y mas de la propia cosechaaaa

Este mensaje fue originariamente posteado por Sancho en el anterior foro de DreamLand. Puedes ver el tema original pulsando aquí.

Eran las dos de la mañana de una calurosa noche de verano. Caminaba por las calles, con paso ligero y grandes zancadas.
Mis manos, al igual que todo mi cuerpo temblaban, como muestra de mi nerviosismo. Saqué un cigarrillo sin detenerme y con gran dificultad lo encendí.
Me detuve delante de la fachada del motel en el que te alojabas.
Mientras apagaba mi cigarrillo,contemplé el marmoreo edificio y sus pocas ventanas, preguntándome si estarías asomada con la luz apagada esperando mi llegada.
Entre al “hall” del motel, donde una recepcionista con cara de cansancio me indicó tu habitación con amabilidad.
Mientras subía por las escaleras un sentimiento de vértigo causado por la expectación se adueñaba de mí ¿Que querrias a estas horas?¿Porque me habias llamado?Un torbellino de ideas pasó por mi cabeza mientras me acercaba a tu habitacion.
Llamé a tu puerta.
-Esta abierta- Dijiste desde dentro con voz queda.
Abrí la puerta, contemplando tu habitación, iluminada solo por la luz de la luna.
Era una habitación austera,con un baño, un escritorio maltrecho, una mesilla con una lámpara, una ventana con cortinas amarillas, ondeando por el poco viento que soplaba y por ultimo, una cama.
Al posar mis ojos sobre la cama mi corazón dio un vuelco.

Allí estabas tú tumbada. Vestida únicamente con un picardías negro de encaje.
Algunos mechones de tu pelo cortado al estilo “Bob” se pegaban en tu cara. Tu mirada, una mezcla de temor, inseguridad y ternura estaba fija en mí mientras tu tez se ruborizaba levemente, haciéndote aun más hermosa.
Tus carnosos labios estaban entreabiertos en una suplica silenciosa.
Tus pechos, transparentados, formaban un escote perfecto que brillaba levemente debido al sudor.
Tu cuerpo era una carretera al deseo, repleta de curvas peligrosas e insinuantes, que terminaban en unos muslos musculosos, bien torneados y sensuales.

Yo estaba paralizado por la impresión, clavado al suelo.
Tú te levantaste de la cama y con paso inseguro te acercaste a mí.
Me cogiste de la nuca y comenzaste a acercar tus labios a los míos, mientras yo posaba mis manos en tu cintura y apretaba tu cuerpo contra el mío. Nos mirabamos, invadidos por la magia del momento, sin apartar la vista el uno del otro.
Tu mirada me hechizaba, no queria dejar de contemplarte en tu maximo explendor, brillando como una estrella recien formada, queria descansar en ti, curar mis heridas con la luz de tu ser, reflejada en tus ojos.
Queria decirte tantas cosas, tanto que habia cargado, tanto que habia escondido, queria poner el mundo a los pies de la musa que eras y solo pude callar y seguir mirandote.
Nuestros labios estaban tan proximos que casi se rozaban, notaba tu agitada respiracion en mi cara. El silencio era tal que podia escuchar los acelerados latidos de tu corazon.
Podia luchar contra el deseo de no hacerte mia en aquel preciso instante, pero no podia luchar contra lo que mi corazon sentia y lo que tanto tiempo habia estado ocultando.
Rompí la tregua que habian pactados nuestros labios y te besé, leve y dulcemente.




Firmado digo que los relatos eroticos son la pornografia femenina