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Cena con Dios

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Mensaje por Hwesta Lun Nov 26, 2012 12:09 am

¡¡Hola, amigüitos!! Veréis, la economía va de culo, no os voy a engañar. Así que he pensado, ¿por qué no pasamos de malos ratos y nos divertimos un rato con el teatro? Hace unos años (desde que tuve Selectividad no he vuelto a crear nada T_T) escribí una obra cómica titulada "Cena con Dios" y os la quiero presentar en primicia (thx)

Hwesta escribió:Henry y Natalie eran una pareja normal que vivía en una casita en New York. Él trabajaba como reparador de coches y ella como bióloga. Un día, en concreto el 27 de marzo del 2009, Henry llegó un poco preocupado de trabajar. Su mujer le preguntó qué le pasaba:
NATALIE: ¿Qué ocurre, cielo?
HENRY: Pues… Nada, cariño… Que está noche tenemos visita.
NATALIE: ¿Ah, sí? Dime, ¿un compañero del trabajo?
HENRY: No, Dios.
NATALIE: ¿Te estás quedando conmigo?
HENRY: No, en serio. Es que, verás… Estaba engrasando unos engranajes cuando salió disparada una llave inglesa y le dio a un señor que paseaba por la calle y me dijo que era Dios y que venía a cenar en compensación.
NATALIE: Vaya… Y, ¿sabes qué le gusta comer a ese Dios?
HENRY: No sé… ¿Ostias?
NATALIE: Tendrá que conformarse con lo que pueda preparar en unos minutos. Y no te preocupes, reservaré unas cuantas ostias tanto para ti como para él.
HENRY: No sé el resto de comida, pero ostias siempre hay…
En ese momento llamaron al timbre y Henry fue a recibir al invitado. Al principio pensaba toparse con el mismísimo Dios, pero cuál sería su sorpresa al ver a su mejor amigo plantado en la puerta.
HENRY: Ah, hola, Alfredo. Lo siento hoy no puedo quedar espero visita…
ALFREDO: No, si he venido porque necesito usar tu baño…
Alfredo entró empujando a su anfitrión y corrió por el pasillo hasta llegar al cuarto de baño, donde se encerró y del cual salían todo clase de exclamaciones de alivio y alegría así como flatulencias.
NATALIE: ¿Qué pasa? ¿Otra vez ha vuelto Alfredo a cantar el himno alemán en el barrio judío?
ALFREDO: No, se ha pasado con la comida mexicana.
En ese momento volvieron a llamar. Henry abrió la puerta esperando encontrarse con su invitado, pero en vez de eso recibió a un repartidor de pizzas.
R. PIZZAS: ¿Alguien aquí ha pedido una pizza de beicon, jamón, queso y extra de orégano?
HENRY: No, lo siento.
Henry cerró la puerta pero volvió a sonar el timbre. Para su sorpresa el repartidor de pizzas seguí allí.
R. PIZZAS: ¿Y una de anchoas?
HENRY: No.
Volvió a cerrar la puerta y el timbre volvió a sonar y otra vez seguí allí el repartidor de pizzas sacando una pizza detrás de otra.
R. PIZZAS: ¿Una de pepperoni?
HENRY: No.
R. PIZZAS: ¿Una de piña?
HENRY: No.
R. PIZZAS: ¿Una de bonito? ¿Atún? ¿Jamón serrano? ¿Napolitana? ¿Oriental?
HENRY: No, no, no, no y no.
R. PIZZAS: ¿Este no es el 21 de la calle Claxmasfor?
HENRY: ¡Cariño! ¿Te sobran ostias? Porque este maldito repartidor se va a llevar una bandeja entera de mi propia cosecha.
R. PIZZAS: ¿Y una de…?
Henry, harto, cerró la puerta de nuevo y se dio la vuelta para irse al salón a relajarse cuando el timbre volvió a sonar. Se dio la vuelta y abrió la puerta de un golpe y exclamó airado:
HENRY: ¡¡Vete a tocarle las narices a otro, hijo de pu…!!
Cuando bajó la mirada y vio a un hombre anciano y con una poblada barba blanca, supo que su invitado había llegado.
DIOS: ¿Ocurre algo?
HENRY: Suerte que ha venido, mi señor. No sabe lo que nos acaba de pasar hace unos minutos.
Dios entró en la casa y pasó directamente al salón, donde se sentó en el sofá mientras Henry lo hacía en su sillón de cuero.
DIOS: Bonita casa.
HENRY: Gracias, mi señor…
DIOS: Para unos simples mortales está bastante bien. La mía, en cambio, posee varias habitaciones como una enorme biblioteca, un cine, varios dormitorios…
HENRY: A diferencia de usted, aquí estamos pasando por una crisis y apenas nos podemos permitir nada…
Natalie entró en ese momento en el salón con dos platos, uno en cada mano.
NATALIE: Señor Dios, ¿qué prefiere? ¿caviar o angulas?
DIOS: Cualquier cosa que tengáis, pero si me dejas elegir…
NATALIE: Entonces macarrones con carne y "vas que chutas"
Natalie abandonó la sala dejando a los dos, hombre y Dios solos. Estos siguieron conversando amistosamente:
HENRY: Entonces… ¿nos hizo a su imagen y semejanza? Pues… no nos parecemos mucho si me permite que se lo diga.
DIOS: Uy, nos parecemos más de lo que crees. Creé a la humanidad estando borracho…
HENRY: Eh… sí, claro (ríe). Otra pregunta, señor Dios. ¿Adán tenía ombligo o no?
DIOS: Esa misma pregunta me hice yo después de crearlo.
HENRY: (Ríe) ¿Por qué al séptimo día descansó?
DIOS: ¡Coño! ¡Porque era domingo, los domingos hay partido!
Henry decidió dejar la conversación para más tarde y pasó a enseñarle la casa empezando por el salón.
HENRY: ¿Quiere ver fotos de mi familia?
DIOS: Soy omnipotente. Estoy en todas partes y me sé la vida de todos.
HENRY: Eh… sí, claro tiene razón. Entonces, si sabe la vida de todos, ¿por qué no va a la tele?
DIOS: Ya tengo bastante con pelearme con Satanás como para pelearme con la Esteban.
HENRY: Yo le tengo más miedo a la Campanario.
En ese momento entraba Alfredo con una tira de papel higiénico pegada al zapato izquierdo.
ALFREDO: Caray, eso era una obra de arte, ¿por qué tiraría de la cadena? Ah, Harry, yo no entraría en dos semanas en el baño si fuera tú.
HENRY: (entre dientes) Alfredo, éste es Dios.
ALFREDO: Así que tú eres el tipo al que mi abuela reza todos los días a las ocho de la mañana. ¡Macho, cúmplele su deseo! La pobre tiene que madrugar para pedirte un marido.
DIOS: ¿Es soltera?
HENRY: (susurro para sí) ¿No decía que sabía la vida de todo el mundo?
ALFREDO: ¡Qué va! Mi abuelo es un cabronazo y la abandonó y ahora quiere otro marido que le haga el amor y mate a mi abuelo.
La conversación empezaba a torcerse bastante por lo que Henry decidió ir a enseñarle el resto de la casa con Alfredo detrás poniendo la oreja. La siguiente habitación fue el cuarto de baño:
HENRY: No sé muy bien qué hacemos aquí…
ALFREDO: Morirnos. ¿No te dije que no entraras en dos semanas?
Dejaron la habitación por culpa del hedor para irse al dormitorio de Henry, el cual tuvieron que dejar por culpa de Alfredo:
ALFREDO: Así que este es tu nidito…
HENRY: Sí, ¿queréis ver fotos de nuestros viajes? ¿Egipto? ¿Grecia?
DIOS: No, gracias. Egipto la tengo súper vista y Grecia…
Alfredo empezó a saltar sobre la cama tirando las almohadas y los cojines.
HENRY: Pero… ¡¿de qué vas, desgraciado?! ¡Baja de ahí!
ALFREDO: Caray, sí que la has dado de sí para que bote tanto. ¿Habéis hecho eso…?
HENRY: ¡Vámonos afuera!
La cena estaría pronto por lo que decidió enseñarles el patio trasero del que estaba tan orgulloso.
HENRY: La barbacoa la construí yo solito con mis manos y la piscina la diseñé yo y todo.
DIOS: Qué tontos sois construyéndolo vosotros. Mandad a otro que lo haga por vosotros, como yo.
ALFREDO: ¿Nos ha llamado tontos? Perdone que le diga que a alguien hemos salido…
HENRY: Eh… Al, ¿te acuerdas de Goliat? ¡Corre, ve a saludarlo!
ALFREDO: ¿Goliat? ¿El chihuahua? Tenemos que hablar tú y yo al respecto… No ha vuelto a ser el mismo de antes…
HENRY: Eso explicaría el por qué de que no comiera en dos semanas… Pensábamos que estaba deprimido.
ALFREDO: Descuida. Allí donde está, muy deprimido no debe de estar.
DIOS: Ahora que lo mencionas… San Pedro recogió el otro día a un chihuahua blanco con una mancha en forma de ojo.
HENRY: ¡¡Goliat!! (a Alfredo) ¿Qué le has hecho, desgraciado?
Henry empezó a perseguir a Alfredo por el patio cuando:
NATALIE: ¡A cenar!
ALFREDO: Caray, salvado por la campana y nunca mejor dicho.
Alfredo entró en la casa a todo correr seguido de Henry que en varias ocasiones estuvo a punto de atraparlo y Dios que parecía no tener prisa. Cuando llegaron al comedor, Alfredo se refugió tras Natalie en busca de protección.
NATALIE: ¿Otra pelea? Sois igual o peor que un par de niños.
ALFREDO: (sentándose) Caray, macarrones con carne. En mi casa hoy hay lentejas… Me quedo a cenar si no os importa.
NATALIE: Tranquilo, para ti también hay ostias de postre.
Alfredo intercambió una mirada de sorpresa con Henry, que sonreía con malicia. Cuando entró Dios y vio a todo el mundo comiendo alegremente, tomó cartas en el asunto a su manera.
DIOS: Pero… ¡¡Esto qué es!! ¡¡Hay que bendecir la mesa antes de comer!!
ALFREDO: No se preocupe, señor. Ya está bendecida. Mi primo de Almuñécar conoce al Papa y un día vino y la bendijo. Mire si hasta tenemos un certificado de autenticidad.
HENRY: Y fotos, como la de Alfredo tirándole de los calzoncillos.
NATALIE: Yo, cuando vi esa foto, pensé que era un amigo de Alfredo disfrazado y, cuando supe que era el Papa, me quedé aún más de piedra.
DIOS: No me extraña. ¡Qué ultraje tirarle de los calzoncillos al Papa!
NATALIE: No, si lo que me sorprendió fue que llevara calzoncillos. Pensé que, si siguen el modelo medieval, no llevaría nada o como mucho unos pololos.
Dios se sentó en un extremo de la mesa y comió en silencio a diferencia de la pareja que se hacían carantoñas y se metían mano. Alfredo, por su parte bebía de la botella y comía directamente de la fuente. Dios empezaba a mosquearse hasta tal punto que no pudo más y estalló:
DIOS: ¡¡SUFICIENTE!!
Todos se volvieron hacia él.
DIOS: Si no logran que me divierta en esta velada, destruiré la Tierra.
ALFREDO: Caray, cómo se divierte matando a sus propios "hijos".
Natalie le propinó una patada en la rodilla para que se callara. En ese momento, Natalie se levantaba para ir al baño dejando a su marido y su mejor amigo con Dios.
DIOS: Y… ¿sois muy religiosos en esta casa?
HENRY: Alfredo no sé en su casa, pero aquí sí. No mencionamos su nombre en vano, señor…
De repente, se oyó un grito de dolor procedente del cuarto de baño.
NATALIE: ¡¡Me cago en Dios!! ¡La mierda cruz ésta de la cocina! ¡Ostia puta, qué daño!
Henry miró a su amigo preocupado. Dios, por su parte mostraba una actitud pasiva. Cuando Natalie llegó y se volvió a sentar pidió disculpas sonriendo.
ALFREDO: Una pregunta, señor Dios.
DIOS: ¡Dios! ( o sea, yo mismo) ¡Me siento como una estrella de cine!
ALFREDO: ¿Qué opina de los curas pederastas?
Natalie le propinó una patada pero ya era tarde. La pregunta había sido planteada. Dios trató de calmarse mientras una ceja se le movía alocadamente de arriba abajo.
HENRY: Cariño, creo que es hora de que pasemos al segundo plato.
ALFREDO: En mi casa hoy hay pollo relleno… Me quedo si no os importa.
Natalie y Henry recogieron la mesa y fueron a la cocina para hablar.
NATALIE: ¿Qué hacemos? Con Alfredo esto se nos está yendo de las manos.
HENRY: No te preocupes, cariño. No creo que tarde en irse. Siempre se duerme en los postres.
NATALIE: Para un día que podía repartir ostias como una máquina expendedora y al que más ganas tengo de zurrar se va.
Cuando volvieron, Alfredo estaba bailando sobre la mesa y propinaba patadas a los vasos y al florero.
HENRY: ¿Qué pasó? ¿Descubrió dónde escondía el ron?
DIOS: No, lo estoy manipulando. Me aburría.
HENRY: Vaya… Yo de Alfredo me creo de todo.
NATALIE: Si hasta se bebe el agua de los floreros.
HENRY: ¿Cómo lo sabes?
NATALIE: Míralo…
Efectivamente, Alfredo bebía el agua del florero de la mesa movido por voluntad divina. Dios, por su parte, no dejaba de reírse de Alfredo al que utilizaba como marioneta.
HENRY: (carraspea) El segundo plato está listo.
Dios dejó de manipular a Alfredo y este se volvió a sentar en su asiento esperando ansioso el segundo plato.
ALFREDO: Begg, ¿por qué me sabe la boca a margaritas y desinfectante?
NATALIE: Espero que no sea por mis macarrones.
Los tres mortales comieron en silencio tratando de no hacer enfadar al Dios. Justo cuando acabaron y Natalie fue presta a la cocina para traer el postre, llamaron a la puerta. Henry le pidió a Alfredo que abriera ya que no se fiaba un pelo de él si lo dejaba solo con Dios. Cuando volvió al comedor traía consigo a cuatro personas más.
ALFREDO: Me han dicho que había partido y si se podían quedar. Entonces les he dicho que pasaran para preguntártelo, pero dos de ellos se han sentado en el sofá con las piernas sobre la mesa y están insultando y eructando como camioneros.
HENRY: ¡Si hay partido iros a un bar a verlo!
PERSONA 1: Pero es que tu casa tiene pantalla de plasma y es enorme.
PERSONA 2: Y no te olvides del 3D.
PERSONA 1: También, también…
HENRY: ¿Quiénes han entrado?
ALFREDO: Pues… ellos y esos dos tipos de contabilidad.
HENRY: ¡¿Has dejado entrar a Hernán y Rubén?! ¡Si me llevo a matar con ellos!
ALFREDO: Mira… puedes hacer las paces…
En ese momento entraba Natalie en el salón preguntando por el barullo. Cuando supo el origen de todo, se quedó más "tranquila".
NATALIE: Vaya, veo que hoy todo el mundo quiere una buena tanda de ostias. No os preocupéis… ¡Hay para todos!
PERSONA 1: Mejor nos vamos a ver el partido…
Las dos personas y Alfredo corrieron al salón para ver el partido. Henry trató de escaparse pero Natalie lo retuvo.
NATALIE: ¿Quiénes son esos?
HENRY: Es que han llamado y bueno Alfredo los dejó entrar para que me preguntaran si les dejaba ver el partido y yo les dije…
NATALIE: ¿Hoy hay partido? ¿Y no me avisas?
Natalie abandonó el comedor para reunirse con el resto para ver el partido dejando a Henry con Dios.
HENRY: Bueno… Sólo quedamos usted y yo…
Peor Dios ya no estaba allí. Recordando lo que le contó sobre el séptimo día y el descanso, supuso que también habría ido al salón a ver el partido. Y efectivamente, Henry fue al salón y se encontró a todo el mundo allí reunido: unos sentados en el sofá otros en el suelo y otros de pie incapaces de controlar sus impulsos cada vez que había ocasión de gol. Dios era ahora una luz blanca que ocupaba supuestamente un asiento en el sofá. Henry decidió unirse a ellos. De vez en cuando, alguno de los allí presentes formulaba alguna pregunta al dios.
PERSONA 2: ¿Por qué creó un diluvio universal?
DIOS: Tenía problemas de próstata y, bueno… Estaba cabreado por el dolor y dije que enviaría un diluvio, pero después de la operación estaba tan contento que iba a dar la buena noticia cuando… Sintiéndolo mucho pasó lo que pasó.
PERSONA 1: Entonces, si es cierto que el pan es el cuerpo de Cristo y el vino su sangre, ¿los mares y ríos son orina suya?
Los presentes que estaban consumiendo líquidos escupieron violentamente hacia cualquier dirección empapando a personas, muebles o la misma tele, que amenazó con apagarse.
TODOS: ¡¡¡NOOOOOOOO!!!
En ese momento la imagen volvió para alivio de todos. Había acabado el primer tiempo cuando llamaron de nuevo al timbre.
NATALIE: Henry, contesta tú.
HENRY: ¿Y por qué no te puedes mover tú?
NATALIE: Son los anuncios.
Henry se levantó y abrió la puerta a regañadientes y tuvo que volver a cerrarla porque no se creía lo que veía. El timbre sonó esta vez con más fuerza. Henry cogió aire y volvió a abrir. Allí estaban su madre, su abuela y cinco de sus sobrinos con Fer, su perro.
HENRY: Mamá, abuela, ¡qué sorpresa!
Los niños y el perro entraron en la casa violentamente seguidos de la madre y la abuela de Henry.
MADRE: ¿No recuerdas? Hoy era el día en que íbamos a poner las diapositivas de la familia.
ABUELA: Las catorce horas anuales de vergüenzas y orgullos de la familia.
HENRY: (para sí) Hoy viene Dios a comer, los compañeros de trabajo y desconocidos a ver el partido y mi familia a ver diapositivas. Sólo falta ese cómico de poca monta del canal 7.
El timbre volvió a sonar y como si sus palabras hubieran sido escuchadas, allí estaba el cómico de poca monta del canal 7.
CÓMICO: Hoola, ¿qué tal estamos? Voy a contaros chistes.
El cómico pasó al salón con todos los demás dejando a Henry en la entrada.
HENRY: ¿Y esto? No viene a cuento.
Henry cerró la puerta y volvió al salón en donde se recreaba una escena poco peculiar: los niños jugaban con el perro mientras el cómico contaba chistes supuestamente a los allí presentes (que no le hacían el menor caso) y todos los demás reían con las diapositivas de la madre y la abuela de Henry hasta que empezara el segundo tiempo.
MADRE: … Y este es Henry cuando tuvo la salmonella… Y este es Henry en el parque de Londres.
HERNÁN: Pero, ¿qué hace? ¿Cagar?
ABUELA: Imitaba a los demás perros.
HENRY: ¡¡Mamá, abuela!!
MADRE: Y aquí en España, en Marina D'or.
NATALIE: Vaya… Nunca me contaste que estuviste en España.
HENRY: Sí, muchas veces.
NATALIE: Pero no de vacaciones y… de botellón.
ABUELA: Es típico de allí.
MADRE: Nos dijo que quería irse de Erasmus y en vez de eso de borrachera en borrachera.
HENRY: ¡Mamá! ¡Estudié!
MADRE: Lo que aún no me puedo explicar es esto…
La siguiente diapositiva mostrada hizo que todos gritaran a la vez un potente "¡Guau!" que sobresaltó al propio Henry.
HENRY: Eso fue una novatada.
CÓMICO: No, "no va atada". Eso me recuerda un chiste…
NATALIE: ¿Cómo pudiste dejarte hacer eso?
HENRY: (a su madre) ¿Cómo pudiste guardar ese horror?
HERMÁN: ¿Cómo no te cogí manía antes?
ALFREDO: ¿Cómo te pusiste eso?
ABUELA: Y porque aún no habéis visto las fotos en Sevilla y Pamplona.
HENRY: ¡Las fotos de los San Fermines NO! ¡Cualquier cosa menos eso!
NATALIE: Dime que corriste con ese traje, Henry.
HENRY: En esa foto me obligaron a vestirme de sevillana y bailar flamenco con unas cosas llamadas "cascañuelas" o algo así. Pero en las de las fiestas de San Fermín salgo aún peor…
Demasiado tarde. Su madre había pasado de diapositiva y ahora se veía a Henry corriendo delante de un toro que estaba a punto de cogerlo.
HERMÁN: ¿De qué vas vestido?
HENRY: De Pamplonica.
CÓMICO: Querrás decir de marica. Eso me recuerda un chiste…
Henry trató de controlar su odio hacia su compañero al que tanto odio tenía. Su penosa relación comenzó cuando llegó al garaje en el que trabajaba. A Henry se le daba mejor cambiar las chapas que a Hernán, por lo que siempre tuvo su eterno odio hacia él. En esto estaba pensando cuando su madre volvió a cambiar de diapositiva, en este caso era un vídeo.
MADRE: En este vídeo se ve cómo el toro coge a Henry por detrás.
HENRY: Mamá…
MADRE: No, si es verdad.
La madre de Henry le dio al "play" y el vídeo se puso en marcha: Henry corría por las calles de Pamplona seguido por una manada de toros que amenazaban con pillarle. En una curva, Henry no reparó en el muro y se dio de bruces contra el muro pronunciando un grito de dolor y una maldición hacia la "ostia sagrada" lo que le acarreó una mirada de desprecio por parte de Dios. En ese momento el vídeo se cortaba y volvía con Henry corriendo ya cerca de la plaza de toros. Tropieza y un toro le clava un cuerno en los cuartos traseros.
MADRE: Cuando fue al hospital el dijeron que no había sido nada, que había tenido mucha suerte de que le cuerno hubiera entrado en…
HENRY: ¡¡Mamá!!
CÓMICO: Vamos, que le dio por detrás literal y figuradamente. Eso me recuerda un chiste verde…
Mientras madre y abuela discutían y respondían preguntas de los invitados, el vídeo seguía repitiéndose una y otra vez sin parar. Hernán no dejaba de reírse cada vez que Henry era corneado por el toro.
HERMÁN: Pues sí que te "dio por detrás" el toro veces.
Henry aprovechó el despiste por parte de su madre y su abuela para situarse detrás de Hernán y pegarle con una palanca dejándolo inconsciente.
DIOS. ¡¿Pero, ¿qué has hecho, insensato?! Acabas de golpear a un hermano tuyo. Has quebrantado un mandamiento.
HENRY: En primer lugar, si este desgraciado es hermano mío no estaría en mi casa (tampoco sé qué hace aquí) y en segundo lugar… ¿Sólo lo he golpeado? ¡Quiero matarlo!
Henry se ensañó con el cuerpo inerte de Hernán hasta destrozarlo por completo. Dios decidió intervenir ante esta situación. Justo cuando Henry alzaba la palanca para propinarle un nuevo golpe, Dios interpuso una vieja espada que estaba colgada en la pared.
DIOS: Ríndete, Henry.
HENRY: Jamás me rendiré. Atropelló a mi padre.
DIOS. No, Henry. Yo soy tu padre (y de todos).
HENRY: Esto me suena de algo…
PERSONA 1: ¡Atención, que empieza el partido!
Uno de los desconocidos quitó las diapositivas y puso el canal en el que se retransmitía el partido.
CÓMICO: Eso me recuerda un chiste: están Maradona y Zubizarreta…
HENRY: ¿Y este por qué sigue aquí? ¡Largo!
PERSONA 1: Va, va, va, va, va, va… ¡¡GOOOOOOOL!!
Henry estaba que no podía. Su madre y su abuela hablaban con Natalie seguramente que de las diapositivas; los niños seguían jugando con el perro o burreaban a Dios que a veces los fulminaba con rayos; el cómico, a pesar de estar afuera, seguía contando chistes malos; Hernán llevaba tirado en el suelo un buen rato y no se movía… Pero el colmo de la situación vino a continuación.
PERSONA 1: Messi es Dios.
PERSONA 2: ¿Messi? ¡Vamos, hombre! Donde esté Ronaldo…
DIOS. ¡¡Aquí, yo soy Dios!!
Y los fulminó a los dos con un potente rayo que los dejó en el suelo junto a Hernán. Henry no aguantó más:
HENRY: ¡¡SILENCIO!!
Todos dejaron lo que estaban haciendo para volverse hacia él.
HENRY: Pase que Dios venga a comer a mi casa sin avisar y me critique, pase que mi compañero Alfredo venga y se quede a comer por la cara, pase que vengan desconocidos y mi peor enemigo a mi casa a ver el fútbol… pero que mi madre y mi abuela vengan a ponerme en ridículo delante de todos con antiguas fotos, mis sobrinos me destrocen la casa, y la gente diga que los jugadores de fútbol son Dios, ¡eso no se lo consiento a nadie!
DIOS: Relájate, Harry, vivirás más…
HENRY: ¡¡Tú no me das órdenes!! ¡¡En esta casa YO SOY DIOS!! ¡Ahora todo el mundo fuera! ¡Largo!
NATALIE: Ah, ¿ya es la hora de las ostias?
Todos se levantaron de sus asientos y se fueron. Sólo Dios y Alfredo hablaron con Henry antes de irse:
ALFREDO: Una gran fiesta, hay que repetirlo. Eso sí, sin ostias de postre, por favor. Nata pega demasiado fuerte.
DIOS: Soy demasiado viejo, poderoso y millonario para estas cosas. Por ahora no destruirá a la Humanidad… Esperaré al 2012 según el calendario maya…
Dicho esto, la luz que representaba a Dios se apagó lentamente hasta desaparecer. Cuando Henry volvió a su casa, solo Natalie estaba sentada en el sofá.
HENRY: Qué alivio, ¿no?
NATALIE: No sé si les habrá gustado a Dios y Alfredo la cena, pero las ostias…
HENRY: Sí, esos no vuelven por aquí nunca más.
NATALIE: Prométeme que la próxima vez no invitarás a nadie más por sorpresa.
HENRY: Lo prometo.
NATALIE: ¡Genial! Porque eso me recuerda que mañana viene una familia de esqueletos a cenar.
HENRY: Pero… ¡si acabo de jurar que no volveré a invitar a nadie más a casa por sorpresa!
NATALIE: Tú, pero no yo. Cuando acabe la velada yo también haré el juramento.
Estaban a punto de besarse cuando llamaron a la puerta.
HENRY: ¡Alfredo, te he dicho que largo…!
Henry se quedó blanco como la cera al ver a una familia de siete miembros esqueléticos plantados en el jardín de su casa.
ESQUELETO: Hola, ya es media noche. ¡Hora de cenar!
NATALIE: Uy, pues a ver si era hoy la cena…

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Cena con Dios Empty Re: Cena con Dios

Mensaje por Lanxys Lun Nov 26, 2012 7:31 am

Un tanto surrealista. Es como esa parte de las comedias antiguas donde ya se ha resuelto la trama y comienzan las escenas. XD

Un apunte: El teatro suele llevar acotaciones, pero tú estás convirtiendo esas acotaciones en algo parecido a un narrador. ¿Era esa tu intención? ¿O simplemente lo hiciste por hacerlo así?
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Cena con Dios Empty Re: Cena con Dios

Mensaje por Hwesta Lun Nov 26, 2012 10:31 am

Lo hice todo lo surrealista que me salió :P Si me pasé por la brenca adrede el estilo de teatro, jejeje ^^ En el musical lo tengo más cuidado ;)
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